viernes, 8 de noviembre de 2019

El concepto Patrimonio


Al escuchar el término Patrimonio nos remonta a lo económico o algo valioso que nos heredan  nuestros padres, como dinero, terrenos o bienes materiales. 
María Ángeles Querol en su libro Manuel de Gestión del Patrimonio Cultural[1] nos dice que el patrimonio cultural es el conjunto de bienes muebles e inmuebles, material e inmaterial, que se han heredado a través del pasado, por este motivo debemos de conservarlo ya que es parte de nuestra identidad social.
Esos bienes son productos del trabajo del hombre por eso para nombrarlos utilizamos los conceptos “cultural” o “histórico”.

Es así que la mayoría de los bienes de la naturaleza a los que nombramos como “Patrimonio Natural” los denominamos también “Patrimonio Cultural” quizás porque los seres humanos no sabemos dar ningún otro tipo de tratamiento y todo lo que hacemos la hacemos llamar “cultura”; pero eso no lo convierte, a ellos mismos, los bienes de la naturaleza, en “culturales”, sino que siguen conservando su definición original.
Como es bien sabido un bien mueble es aquel que puede estar en movimiento, es decir, cuya vida o conservación no este arraigada al suelo. Como ejemplo sería una moneda antigua, una pintura de Leonardo Da Vinci, pero también un abanico, o una antigua máquina de coser. 

Los bienes inmuebles sí que están ligadas al suelo, viven en él y no pueden ser trasladados; en realidad, aunque una tecnología moderna y costosa lo permitiera, el bien perdería con ello su naturaleza contextual, el paisaje humanizado al que da forma y que le da razón. En esta ocasión, y siguiendo con lo nuestro, el ejemplo propuesto sería un edificio antiguo.
Por aparte, los bienes de carácter inmaterial, son invisibles y frágiles que tienen que ver con canciones, bailes, rituales o fiestas, sistemas de comunicación, modos de hacer, técnicas.
La segunda definición en lo que nos referimos dice: “que hemos heredado del pasado”. Así que vamos a partir de la idea de que ese pasado no tiene que ser remoto, pero sí de ser “pasado”, es decir, los objetos o bienes materiales como por ejemplo un libro en donde ya no se fabrican y están fuera de la circulación industrial; en cuanto a los inmateriales, también vienen existiendo desde hace tiempo, aunque estén en continuo cambio.
Al haberlos “heredado”, algo heredado del padre incluso de la madre tiene que haber al menos una generación entre quienes lo hicieron o lo inventaron y quienes ahora vivimos. Sobre lo que sí conviene reflexionar es lo que "hemos heredado del pasado" es también el propio pasado, es decir, las decisiones que se tomaron en su momento sobre lo que se conservaría o no, sobre lo que se destruiría o no.
En ese sentido el patrimonio cultural actual es el resultado de una serie de constantes cambios, construcciones y destrucciones, la mayoría de ellos inconscientes respecto al daño que pudieron hacer a lo que ahora consideraríamos elementos patrimoniales, que se han producido a lo largo de  nuestra historia.

Uno de los principales estudios del concepto fue el profesor chileno Raúl Brañes Ballesteros, quien estudió derecho en la Universidad de Chile, además de ser Doctor en Filosofía en la Universidad de Roma y Doctor en Economía en la UNAM. Quien comparte acerca de patrimonio, lo siguiente:
La palabra Patrimonio que se emplea comúnmente para designar el objeto de esos sistemas de protección, procede de la voz latina patrimonium, que era un término que se usaba para señalar el conjunto de bienes que una persona había heredado de sus ascendientes. Es evidente que dicha palabra no fue seleccionado al azar por quienes acuñaron la expresión “patrimonio cultural y natural de la nación” cuando se crearon los respectivos sistemas de protección. La verdad es que en su sentido etimológico permite que a través de ella se evoquen no solo los bienes que integran el acervo cultural y natural de una nación, sino que también de que dichos bienes habitualmente han sido transmitidos de generación en generación dentro de esa nación. Sin embargo, la palabra patrimonio tiene otros significados, que separan del estrictamente etimológico. Incluso el mismo derecho moderno utiliza esta expresión en un sentido que no tiene mucho que ver con sus orígenes. Esto ocurre en el derecho civil, donde por patrimonio se entiende al conjunto de derechos y obligaciones presentes o futuras de una persona que son susceptibles de valorizarse pecuniariamente en otras palabras, el patrimonio es una mesa de bienes, derechos, obligaciones y cargas apreciables en dinero, que confirman una universalidad jurídica (Universitas Juris), y que no son otra cosa que el resultado económico, real, virtual, o de un atributo de la personalidad… en sentido figurado la palabra patrimonio se utiliza para a los bienes propios  adquiridos por  cualquier título… es claro que estas dos últimas nociones de Patrimonio no se acomoda al uso que se da a la misma palabra en el terreno que ahora se está examinando… así, por ejemplo, las cosas que integran el patrimonio cultural de la nación no son bienes, derechos, obligaciones y cargas susceptibles de valorarse pecuniariamente. Por otra parte, la relación de pertenencia entre la nación y esos bienes no implica necesariamente que ésta sea su propietaria, en el sentido civil de la expresión sino más bien que la nación tiene una potestad sobre tales bienes que le permita regular el uso y disposición de los mismos… es importante hacer que, sin embargo, el lugar preponderante que ocupa dentro de la cultura jurídica dominante el significado civil de la palabra “patrimonio” ha generado cierto rechazo al uso en la legislación de las expresiones “patrimonio cultural” o “patrimonio natural”, que en realidad son utilizadas en ellas en contados casos. Las mismas expresiones, empero, son empleadas habitualmente en el lenguaje común[1].

De acuerdo con lo que dice Brañes, es cierto que estos valores económicos o conjunto de bienes deben de ser también derechos y obligaciones, ya que se supone son de valor. Y que la nación o más bien, el sistema de protección que se encarga de regular su funcionamiento los resguarde, esto, con el fin de mantener su valor incalculable que tiene para el mundo.
El patrimonio es definido como herencia generacional. A continuación se hace mención de algunos conceptos no tangibles que forman parte de la identidad de un pueblo: las costumbres, la ideología, el comportamiento, la religión, la música, las artes, etcétera. Que a su vez se legitiman en una sola palabra: cultura.

En términos jurídicos, el Dr. Francisco Arturo Schroeder Cordero señala que:         
Por patrimonio cultural de una nación, debemos entender a todos aquellos bienes muebles e inmuebles, incluso intangibles, tantos públicos como privados, que por sus valores históricos, artísticos, técnicos, científicos o tradicionales, principalmente, sean dignos de conservarse y restaurarse para la posteridad.

Según la aportación de Schroeder, el patrimonio no reserva únicamente a lo material o tangible, sino también se debe de hablar de lo intangible, refiriéndose a este como algo que no puede ser tocado. Es entonces que la relevancia del patrimonio cultural recae en que es un acervo de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación.
Pese a su fragilidad, el patrimonio cultural es un importante factor de mantenimiento de la diversidad cultural frente a un mundo globalizado. La comprensión del patrimonio cultural de diferentes comunidades contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida.

Desde otro planteamiento y  de acuerdo a La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en su apartado Patrimonio Cultural Inmaterial, señala:
El contenido de la expresión " patrimonio cultural" ha cambiado bastante en las últimas décadas. El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativas a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculada a la artesanía tradicional[3].

Esto significa que el término Patrimonio abraza todas las manifestaciones culturales, que al final del día, definen al hombre con su existencia. Interpretando la declaración de la UNESCO, puede asegurarse que la música ranchera es  patrimonio cultural, ya que cuenta con los atributos necesarios.

Según el estudioso boliviano y crítico de arte Pedro Querejazu Leyton, en su libro La apropiación social del patrimonio: antecedentes y contexto histórico (2003), señala:

El patrimonio nos define como unicidad respeto a la otredad, nos ayuda al reconocernos en los elementos comunes pero diversos respecto al reconocimiento del otro.

El hombre se ve reflejado en el otro, en su existencia, en sus manifestaciones culturales, se reconoce. La co-existencia da pie a la valoración de lo que somos y  de lo que creamos como entes proveedores de cosmogonías, hechos y aportaciones culturales que originan patrimonios, tema que nos atañe.
Entonces debería ser una obligación social que los hombres y todos los organismos gubernamentales resguardarán todo patrimonio que represente la cultura mexicana en el mundo, en este caso de la herencia musical ranchera de México.
Escuchar música ranchera nos traslada a lugares y recuerdos, remontándonos a etapas históricas entrañables. Trae a nuestro presente una herencia que nunca se ha ido y nunca irá. Las canciones rancheras describen al México del ayer, su historia, su arte, sus valientes hombres, sus bellas y hacendosas mujeres, la vida campirana, e incluso la época de oro del cine mexicano. Quién no ha escuchado  la canción México lindo y querido, del gran Jesús Monge Ramírez (1910-1964), interpretado por primera vez por el Trío Tariacuri en 1945 y posteriormente por el tenor mexicano Jorge Negrete.

Voz de la guitarra mía
Al despertar la mañana
Quiere cantar su alegría
A mi tierra mexicana

Yo le canto a sus volcanes
A sus praderas y flores
Que son como talismanes
Del amor de mis amores

México lindo y querido
Si muero lejos de ti
Que digan que estoy dormido
Y que me traigan aquí

Fragmento de la canción México lindo y querido.

La canción México lindo y querido fue proclamada hace algunos unos años como la canción mexicana del siglo XX. Esto quizás se debe a que su letra llena de melancolía y orgullo a cualquier mexicano que se encuentra radicando en el extranjero, quien no olvida a su bello México. Pero esta canción no es la única que describe estéticamente las costumbres de México, existen otras como: ay Jalisco no te rajes de Manuel Esperón González y Ernesto Cortázar; canción mexicana (canción de dominio público); la feria de las flores escrita por Chucho Monge entre otras[4].





[1] María Ángeles Querol, Manual de Gestión del Patrimonio Cultural, Akal, México, 2012, pp.11-12.
[2] José Ernesto Becerril Miró, El derecho de Patrimonio Histórico-Artístico en México en Raúl Brañes (Compilador), El objeto jurídico tutelado por los sistemas de protección de patrimonio cultural y natural de México, Editorial Porrúa, 2003, pág.6.
[3] José Ernesto Becerril Miró, El derecho de Patrimonio Histórico-Artístico en México en Francisco Arturo Schroeder Cordero, artículo “Patrimonio cultural”, Editorial Porrúa, 2003, pág.7.
[4] http://www.musica.com/letras.asp?letra=813698 consultado en 05 de diciembre 2018.













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Introducción

En este Blog se pretende abordar de manera resumida la importancia que tiene la música ranchera y el mariachi como patrimonio cultura...